Soltar el control, te lleva a vivir cosas sorprendentes

Publicado en la revista Círculo de Luz.

Desde niños nos inculcan a pensar que solo se pueden conseguir las cosas a través de nuestro esfuerzo. Pero a veces, la vida nos lleva a situaciones que no podemos controlar y lo único que nos queda es rendirnos a ellas, soltar el control. Entonces, sorprendentemente, la vida te pone en el camino la solución, y muchas veces es bastante mejor de lo que hubiéramos conseguido por nosotros mismos.

Soy director ejecutivo de una multinacional desde hace más de 30 años. En donde no cuenta todo lo bueno que hayas hecho en el pasado, sino lo que puedas lograr en el futuro.

Doy este dato no para hacerme el importante, sino para que se entienda un poco mejor que soy una persona acostumbrada al éxito y a conseguir todo lo que quiero. También es importante que sepas que soy un hombre muy racional, al que le cuesta soltar el control. Hace unos meses realicé un viaje importante para mí.

Soy brasileño, pero vivo y trabajo en Barcelona desde hace años. Mis hijos también viven en España, pero mi madre vivía en Brasil hasta que enfermó. Su enfermedad fue lo que me hizo desplazarme a Brasil para traérmela conmigo a España. Eso significaba liquidar y cerrar todas las cuentas que había allí.

Sabía que me iba a enfrentar a un mundo que no me gusta, porque es un mundo de falta de amor. Por eso, cuando salí de España hice un pacto conmigo mismo: debía estar presente en todo momento.

Como ya he dicho, soy un hombre que me gusta tener claro lo que quiero y voy a por ello sin concesiones. El problema es que apenas tenía tiempo para conseguir hacer lo que necesitaba. De hecho, hubo tres momentos en el viaje en el que me di cuenta que no iba a conseguirlo. Se produjeron situaciones complejas que me hicieron sentir que no iba a lograrlo.

Rendición total

Aunque tenía todo en contra en esos tres momentos diferentes del viaje, con escenarios distintos y personas distintas, yo continué estando presente y cuando me di cuenta que estaba fuera de mi control, que no podía hacer nada más, sencillamente me rendí a cada una de las situaciones y lloré de impotencia en las tres ocasiones.

En ese momento, la vida hizo acto de presencia. Como si fuera magia, ocurrió algo que no puedo explicar. La vida me sorprendió en cada uno de esos tres momentos.

“Me di cuenta cómo la vida sigue ahí infiltrada dejándote hacer, hasta que te rindes a lo que hay y entonces ella toma las riendas”

El mismo sistema que no me gusta, porque se basaba en la falta de amor, me sorprendió con gente maravillosa que me ayudó en tres momentos difíciles para mí en ese viaje.

Esas personas que aparecieron en mi vida, me ayudaron para que todo saliera bien. Me di cuenta cómo la vida sigue ahí infiltrada dejándote hacer, hasta que te rindes a lo que hay y entonces ella toma las riendas y te trae gente maravillosa que tiene un acto amoroso de calidad y te ayuda.

Estoy muy agradecido ante esas muestras de amor. Me emocioné y lloré en cada una de ellas. Me di cuenta de que hay tanta gente buena, tanta gente amorosa, tanta gente cariñosa… Estoy muy agradecido porque sentí que la vida, de una forma muy delicada, muy sutil, siempre me da soporte.

Sin comentarios aún

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.